3/3/12

Eiko Ishioka, in memoriam

Foto: Brigitte Lacombe/NY Times
El pasado 21 de enero de 2012 fallecía la diseñadora japonesa Eiko Ishioka, ganadora del óscar al mejor vestuario por Bram Stoker's Dracula, de Francis Ford Coppola. Ishioka es conocida por su trabajo en el mundo del teatro, la publicidad y el cine, donde también ha sido galardonada en numerosas ocasiones. Un Grammy por el diseño de la portada del álbum Tutu, de Miles Davis, dos nominaciones a los premios Tony, por la escenografía y vestuario de M. Butterfly, o la mención especial por su contribución artística en el film de Paul Schrader, Mishima: A life in four chapters (premiado en el Festival de Cannes de 1985), avalan la trayectoria de esta polifacética artista.

Sus obras forman parte de los museos más prestigiosos, entre ellos, el de Arte Moderno de Nueva York, y entre sus últimas aportaciones destacan los trajes del espectáculo Varekai (Cirque du Soleil, 2002), el vestuario que pudimos ver en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Beijing (2008) y los uniformes del equipo español, entre otros, durante los Juegos de Invierno de Salt Lake City (2002) o, más recientemente, los diseños del musical Spiderman: Turn off the Dark, estrenado el pasado año en Broadway.

Bram Stoker's Dracula (Columbia Pictures, 1992)
Ishioka ha sido considerada durante décadas una de las más importantes directoras artísticas, no sólo en Japón, sino en el mundo entero. Una armadura roja capaz de dar volumen mediante brillos y ondulaciones que simulan la musculatura del cuerpo, o un amplísimo vestido de novia con un cuello victoriano inspirado en los clamidosaurios (popularmente conocidos como lagartos australianos) fueron valedores de la estatuilla en la 65ª edición de los Óscars celebrada en Los Ángeles en 1992 (el Drácula de Coppola obtendría, además, el premio a la mejor edición de sonido y al mejor maquillaje). Su estética y concepción artística se sitúan a caballo entre lo gótico y lo onírico, el erotismo y todo aquello inquietante y perturbador, como salido de otro mundo.

Detalle del cochero-Conde Drácula (Columbia Pictures, 1992)
Sus últimos trabajos, algunos pendientes de estreno en España, son Immortals (ambientado en la antigua Grecia),  o la adaptación de Blancanieves, Mirror Mirror, con Julia Roberts en el papel de la malvada bruja. Pero, sin ninguna duda, los aficionados al género de terror recordaremos a Eiko Ishioka por su magnífica recreación de la época victoriana en Drácula, o el apogeo del voivoda durante sus campañas bélicas en Transilvania, su apariencia romántica, y, desde luego, la increíble candidez diabólica de Lucy, la Hermosa Dama, los vestidos y formas imposibles, el kabuki o el kimono del Conde, su colorido de luces y sombras, sus intrincados diseños. Descanse en paz.